Comité Canadiense para Combatir los Crímenes Contra la Humanidad
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"Cristina Castello" <cristinacastello@fibertel.com.ar>
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Comite Canadien <comitecanadien@post.com> Subject:
La tramoya
estadounidense de los derechos humanos Date: Fri, 13 Dec 2002 14:48:24 -0300 Un
texto más, excelente
como siempre, del
Padre Luis Barrios, desde
N. York. Ver
también parte dedicada a los medios que
marqué con negrita. Sacerdote
de amor Que
amor es verdad Justicia Paz. Fraternalmente, Cristina
Castello PERIODISMO
SIN MÁSCARA ® Periodismo
y Poesía www.cristinacastello.com www.paginadigital.com.ar/cristinacastello Que
se vayan todos los medios periodísticos y
los pseudo periodistas cómplices -------------------------------------------------------------------------------- La tramoya estadounidense de los derechos humanos
Aquí
en la ciudad de Nueva York, este pasado martes, 10 de diciembre,
celebramos de manera especial el 58 aniversario del Día Internacional de
los Derechos Humanos. Bajo las consignas de condenar la cultura
guerrerista, promover la cultura de la paz y la afirmación de los derechos humanos un grupo de líderes
religiosos/as nos reunimos frente a las Naciones Unidas para orar, cantar,
meditar, condenar, retar, educar, movilizar, agitar y desobedecer leyes
injustas. En nuestras
ceremonias religiosas trajimos a un altar común nuestras ofrendas. Habíamos
recogido comida para ser distribuidas en los centros de alimentación en
donde las personas desamparadas recurren diariamente a buscar lo que se
supone es un derecho inalienable de los/as seres humanos/as: poder comer.
La otra ofrenda era monetaria y las mismas se colectaron en
nuestros centros de adoración con el propósito de comprar medicinas para
los/as niños/as de Iraq quienes siguen muriendo como consecuencia del
bloqueo inhumano y criminal del gobierno de los Estados Unidos contra este
país hermano. O sea, enviamos un mensaje triple al gobierno de George W.
Bush; (1) envíen medicinas, no misiles a Iraq, (2) atiendan nuestros
problemas locales, como es el hambre, y (3) si para combatir las
injusticias e hipocresía del gobierno de los Estados Unidos tenemos que
ser encarcelados/as que nos encarcelen. Tarde
o temprano –más temprano que tarde– se darán cuenta que podrán
encarcelar a quienes resistimos, pero jamás podrán encarcelar al
movimiento de la resistencia. Interesante
en todo esto fue que los medios de comunicación no cubrieron este evento.
Esto para demostrar una vez más que en los Estados Unidos los medios de
comunicación siguen al servicio de la clase dominante haciendo lo que
saben hacer muy bien, la construcción social de la desinformación:
mercadear la desinformación, manipular la opinión publica y tratar de
apaciguar la resistencia. Que
no se nos olvide que quienes se anuncian en estos medios son quienes ponen
el dinero para mercadear el producto. Si lo que se dice es contrario a su
ideología paralizan la fuente de ingreso de esos medios. Luego se llenan
la boca diciendo que tenemos una prensa libre y democrática.
Bienaventurados/as todos/as aquellos/as comunicadores/as sociales que
mantienen su dignidad y su integridad y no se venden por un salario. Eso
es periodismo sin máscara. Por
bloquear la entrada del edificio de la Misión Permanente de los Estados
Unidos en las Naciones Unidas –una acción de desobediencia civil y
obediencia moral–107 personas fuimos arrestados/as. Por cuanto este
edificio representa la matriz de la hipocresía y falsedad con relación a
los derechos humanos, como guías espirituales entendimos que éste era el
lugar para llevar a cabo nuestra condena, poniendo de esta manera un
granito más en la construcción de la paz con justicia. Como la clase
dominante tiene sus operativos de represión a la orden, en menos de una
hora ya estábamos esposados/as y encarcelados/as. Allí
en aquella cárcel meditábamos sobre la insolente moralidad del gobierno
de los Estados Unidos y en esta meditación junto a mis compañeros de
celda –a las compañeras las encarcelaron en otro lugar– rescatábamos
la memoria histórica. Nos remontamos al año 1986 y descubrimos una
realidad dolorosa para los anales históricos de los Estados Unidos.
Curiosamente este fue el año en que la Corte Mundial condenó a los
Estados Unidos por el “uso excesivo de la fuerza”, o sea, terrorismo
internacional. Aunque también hay que mencionar que haciendo uso de su
arrogancia y prepotencia, y para alimentar la desesperanza,
decidió ignorar a este organismo internacional. Por otro lado, en
medio de toda la discusión y preocupación mundial concerniente a la
realidad del terrorismo internacional, en diciembre de 1987 la Asamblea
General de las Naciones Unidas luego de una ardua discusión aprobó una
resolución condenando el terrorismo internacional. En esta votación el
gobierno de los Estados Unidos volvió a demostrar su hipocresía y
deslealtad hacia los derechos humanos, votando en contra de la resolución.
La votación fue de la siguiente manera: 153 votos a favor, 2 votos en
contra (Estados Unidos e Israel) y un voto de abstención (Honduras). Por
supuesto, y de la misma manera que sucede cada vez que se discute el caso
de Puerto Rico en el Comité de Descolonización, a los Estados Unidos le
preocupaba, al igual que a Israel, que las realidades de descolonización,
auto-determinación, independencia y libertad pudiesen ser definidas como
derecho inalienable de los países y /o pueblos que viven bajo la opresión. De
aquí entonces la otra realidad de que los pueblos colonizados puedan
utilizar la violencia revolucionaria como una alternativa para defender su
soberanía nacional y lograr su descolonización e independencia.
Yo me imagino que los Estados Unidos en ese momento estaban
pensando en Puerto Rico, mientras que Israel pensaba en Palestina.
De todas maneras si hacemos un recorrido histórico con la intención
de identificar a los países que estaban en ese momento cometiendo crímenes
de guerra, o sea, terrorismo internacional, nos vamos a dar cuenta por qué
los Estados Unidos no respetó la decisión de la Corte Internacional, y
luego ambos, Estados Unidos e Israel, rechazaron la resolución de las
Naciones Unidas. Analizando
la cretina moralidad del gobierno de los Estados Unidos y el extremo de la
hipocresía, meditábamos como con presión política y chantaje el
gobierno de George W. Bush durante el año 2002 se ha opuesto
unilateralmente a la creación de una Corte Penal Internacional (CPI) que
no cumpla con las condiciones que él apetece. Que quede claro, la
administración del Presidente Bill Clinton también se opuso a la creación
de la CPI. En este momento la administración del presidente Bush,
defendiendo la agenda e intereses de la clase dominante, solicitó un
privilegio especial para que a
ciudadanos/as estadounidense, incluyendo a sus militares,
no se les pueda juzgar en esta Corte. La mayor oposición a la
creación de la CPI surge porque los Estados Unidos quieren que sea el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas quien tenga el poder para
decidir a quien deben enjuiciar en esta Corte. De la manera en que está
estipulado, en donde la Corte es quien decide, no le permite a los Estados
Unidos tener control de lo que se juzga, o a quien se juzga. En el Consejo
de Seguridad, como miembro permanente con derecho al veto, los Estados
Unidos pueden prevenir, bloquear, detener o manipular
cualquier investigación que se quiera llevar en su contra, o contra uno
de sus países aliados. Por otro lado también el gobierno de los Estados
Unidos desea que la CPI acepte un acuerdo en donde países que no
reconocieron, y no reconocen, la creación y jurisdicción de la CPI no
puedan ser juzgados en la misma. Como estos privilegios especiales no se
le han concedido tanto el Congreso como el Departamento de Estado de los
Estados Unidos son partidarios de negarle legitimidad a la creación de la
CPI, y le prohíbe al gobierno que les dé ayuda económica. Meditábamos
sobre la desvergonzada moralidad del gobierno de los Estados Unidos de que
su preocupación no es si la justicia puede o no brillar en esta Corte. Su
única preocupación es que ellos/as puedan ser juzgados por crímenes
terroristas cometidos en el mundo entero. Por esto países como Cuba,
Lybia, Venezuela o Irak, por solo mencionar cuatro de las víctimas,
pueden demostrar en un foro legal que la persecución, opresión, bloqueo,
y terrorismo contra ellos/as por parte del gobierno de los Estados Unidos
más allá de tener motivaciones políticas, las mismas pueden ser
catalogadas dentro de los cuatro renglones de crímenes que esta Corte
investiga: (a) el crimen de genocidio, (b) crímenes contra la humanidad,
(c) crímenes de guerra, y (d) el
crimen de agresión. Esto fue lo que se hizo con la Corte de la Haya en el
caso de Nicaragua. Yo
no creo que todo esto sea una casualidad, por el contrario es una
estrategia muy bien calculada de un país que se distingue exactamente por
cometer los crímenes que la Corte va a juzgar. Así vemos como en su
vocabulario para describir las acciones del 11 de septiembre Bush nunca
las describen como “crímenes contra la humanidad”, sino más bien
“acciones de guerra”. Si son “crímenes contra la humanidad” las
personas tienen que ser enjuiciadas por la CPI, si son “acciones de
guerra” se hace lo que hasta ahora han hecho; salen a buscar vivos o
muertos a quienes creen culpables, llevan a cabo arrestos violando
derechos civiles, encarcelan sin juicio y declaran culpabilidad sin
necesidad de presentar pruebas. Esto
puede ser también ilustrado como en su arbitrariedad, sin la aprobación
de las Naciones Unidas, bombardearon a Afganistán, cambiaron y pusieron
un gobierno a su antojo. Por otro lado, fuera de la jurisdicción de una
CPI, van a un país extranjero y violentando su soberanía nacional
realizan arrestos, mueven los prisioneros hacia una base militar en Guantánamo
Cuba, no les presentan cargos, los encarcelan anónimamente e
indeterminadamente, no
les permiten visitas, quieren enjuiciarlos en secreto, y de ser necesario
también ejecutarlos en secreto. Ante todas estas atrocidades yo no tengo
la menor duda de que esta gente lo que quiere es guerra y no la restauración
de la justicia. Esto También lo podemos corroborar en el empeño terco
que tiene el presidente George W. Bush, en contra del mundo entero, de
emprender la guerra contra Irak hasta eliminar a su presidente, Saddam
Hussein. Aunque tampoco es un secreto que la motivación principal en todo
esto, es similar a lo que está ocurriendo con el presidente Hugo Chávez
en Venezuela, en donde los Estados Unidos necesitan controlar la producción
de aceite, petróleo y derivados del petróleo, en ambos países, por lo
tanto, si es necesario matar, invadir, bombardear, aterrorizar, ellos/as
están en la mayor disponibilidad tal y como lo han hecho en otras
ocasiones. Meditábamos sobre la impúdica moralidad del gobierno de los Estados Unidos y toda esta comedia política de hipocresía –la cual por un lado explota y manipula a su antojo el dolor humano y por otro, promueve la desesperanza– que no podemos pasar por alto ante la supuesta campaña antiterrorista de la clase dominante de los Estados Unidos, con su marioneta inepta, George W. Bush al frente de todo este estiércol patriótico. No perdamos la esperanza de poder construir un mundo diferente, o sea, un mundo mejor. Comencemos hoy mismo por destruir todo tipo de hipocresía. Comencemos esta revolución moral en nosotros/as y luego sigamos con todas estas estructuras diabólicas. Paz
con justicia.
Padre
Luis Barrios Iglesia
San Romero de Las Américas
New
York, New York 13 de diciembre de 2002
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