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Comité Canadiense para Combatir los Crímenes Contra la Humanidad

 

 

 

 

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From: "Cristina Castello" <cristinacastello@fibertel.com.ar

To: Comite Canadien <comitecanadien@post.com>
Subject: Desmontando la neutralidad parcializada
Date: Thu, 19 Dec 2002 21:02:05 -0300

Envío el último y siempre lúcido análisis 
que recibí del Padre Luis Barrios,
desde N. York.
Es de lectura indispensable.
Fraternalmente,

Cristina Castello
PERIODISMO SIN MÁSCARA ® 
Periodismo y Poesía

www.cristinacastello.com
www.paginadigital.com.ar/cristinacastello
Que se vayan todos los medios periodísticos

y los pseudo periodistas cómplices
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Desmontando la neutralidad parcializada

“Entonces Jesús preguntó: ¿De quienes es esta cara y
el nombre que lleva escrito? Contestaron: Del César.
Jesús les replicó: Devuelvan pues, al César las
cosas del César, a Dios lo que corresponde a Dios.” 
(Mateo 22:20-21)

Este mensaje profético, en la narrativa del
Evangelio de Mateo, el cual da seguimiento al
ministerio comunitario y subversivo de Jesús, nos
corrobora la existencia de la esperanza. De aquí el
que tengamos claro que no pueden haber comunidades
de fe -y esto también deseo atribuirlo a los
partidos políticos, movimientos sociales, etc., -sin
comunidad aunque lo contrario puede ser posible. Las
realidades del diario vivir de nuestras comunidades
son una especie de termómetro que nos ayudan a
entender lo que las mismas están viviendo. Sin
embargo, es necesario, tal y como San Romero de Las
Américas nos dice, construir iglesias -o sea,
comunidades de fe o cualquier otra institución- las
cuales en vez de hacer una función de termómetros,
se conviertan en termostatos. Recordemos que el
termómetro mide la temperatura mientras que el
termostato la regula. Esto con la intención no de
medir la temperatura y dejar las cosas como están,
sino más bien con la capacidad de poder regular, o
sea, cambiar esas realidades que están destruyendo
al pueblo porque son demasiado frías o demasiado
caliente. 
Es claro que en medio de tanta algarabía, confusión,
odio, deseos de venganza, y de gritos de guerra
debemos regular esa temperatura para que la paz con
justicia triunfe. Yo sé que esta tarea no es fácil,
pero también sé que es posible la construcción de un
mundo mucho mejor. Por esto creo que un buen regalo
para esta navidad es que aprendamos a identificar y
destruir nuestra participación en lo que podemos
identificar como neutralidad parcializada. Esta
neutralidad parcializada es la que embarazosamente
sigue colaborando para que tengamos un mundo sin paz
porque no hay justicia. 
La narrativa bíblica nos relata un encuentro entre
Jesús y un grupo de Fariseos que trataban de
cuestionar su fidelidad hacia el Imperio Romano. La
misma nos enseña por lo menos dos verdades sobre el
hermano y compañero Jesús. Por un lado ante
situaciones de injusticia no buscaba la neutralidad,
y por otro lado, tampoco recurría a la indecisión.
Concretamente y en público lo que les dijo fue que
le dieran al César lo que es del César y a Dios lo
que es de Dios. Con esto por supuesto no estaba
respaldando un sistema de impuesto explotador que
mantenía a la comunidad bajo el yugo del
colonialismo económico. Lo que Jesús articuló fue
una especie de aseveración con carácter
interrogativo. O sea, bajo este colonialismo, ¿César
tiene algo en nuestra patria? De ninguna manera, por
lo tanto denle a César lo que es del César. En otras
palabras, Jesús, aunque fue criticado y rechazado,
no se parcializó con la injusticia. Con su vida nos
demostró que el oportunismo con neutralidades
parcializadas no era parte de su ministerio.
Dentro de todo este contexto fustigador, y
particularmente para quienes tengan la preocupación
de que no mantengo un balance en mis críticas hacia
el gobierno de los Estados Unidos les tengo malas
noticias. Les recuerdo que yo estoy viviendo,
escribiendo y resistiendo desde adentro, lo que se
conoce como“las entrañas del monstruo”. Por otro
lado, nací en una patria, Puerto Rico, la cual es
víctima por más de un siglo del terrorismo
colonialista de los Estados Unidos. Todo esto me
otorga un privilegio y a la misma vez un deber
especial. Por supuesto, no es que me convierta en
un fanático o dogmático y que no pueda ver las
bellezas que ocurren en este país o los progresos
“democráticos”. De ninguna manera, lo que quiero es
destruir el mito de que todo en los Estados Unidos
es pura democracia, y que este gobierno solo actúa
sanamente, siendo siempre la víctima del resto de
los países del mundo que le tienen envidia. 
Humildemente considero que mis escritos son un
balance a lo que existe en nuestros medios de
comunicación, en donde unos/as comunicadores
sociales, en su mayoría, solo reportan, sin
cuestionar las opiniones, las interpretaciones y las
soluciones de la clase dominante. No es que quiera
sonar apologético, pero me preocupa que unas
personas me pidan que mantenga un balance en lo que
digo o escribo, cuando no le piden lo mismo a los
medios de comunicación que están al servicio de la
clase dominante, desinformando y/o mintiendo al pueblo.
A todo esto también hay que sumarle, por desgracia,
unos/as intelectuales quienes en su mayoría bailan
al compás de la misma música. Por lo menos en mi
ambiente académico yo puedo distinguir dos
modalidades de estos/as intelectuales. Por un lado
están quienes llevan a cabo investigaciones y
publican describiendo pero no explican las razones
de lo que encontraron dizque para mantener una
supuesta “neutralidad objetiva”. Ejemplo de esto es
cuando se dice que existe una correlación negativa
entre las variables pobreza y salud mental. O sea,
mientras más pobres, más enfermedades mentales,
mientras más ricos/as, menos enfermedades mentales.
Ahora bien, porque más allá de reportar esta
realidad no explicamos como este sistema capitalista
enriquece a unos/as pocos/as y empobrece a
muchas/os. ¿Por qué entonces en vez de ofrecer
terapias y medicamentos al pueblo no cambiamos las
estructuras de opresión y exclusión en nuestra
sociedad que siguen jodiendo al pueblo? La otra
faceta de estos/as intelectuales es la de tomar un
voto voluntario de silencio ante las injusticias de
la vida, de nuevo, dizque para mantener esa
“neutralidad objetiva”. Pero como ya sabemos que el
silencio ante las injusticias es también un crimen,
que se lo apliquen. Por supuesto, salir y dar la
explicación, o romper el silencio que incrimina,
tiene sus consecuencias. Ya lo decía nuestro hermano
y compañero Obispo Helder Cámara: “cuando le doy de
comer a los/as pobres dicen que soy un santo, cuando
pregunto porque no tienen que comer dicen que soy
comunista”. 
Por lo tanto mis queridos/as hermanos/as,
destruyamos el pecado capital de la neutralidad
parcializada que sigue beneficiando a la clase
dominante y sigamos construyendo un mundo diferente
en donde podamos permitir que la justicia en todas
sus dimensiones -social, política, religiosa,
sexual, económica, género, racial, étnica, etc.-
siga brillando en esta navidad. Paz con justicia y
felicidades.

Padre Luis Barrios
Iglesia San Romero de Las Américas
New York, New York
19 de diciembre de 2002
 

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